lunes, 9 de marzo de 2015

Bienvenido 2015: Lecturas, bibliotecarios y más sueños

Queridos/as colegas bibliotecarios/as escolares:
                                                                            Les deseo un año lleno de trabajo por los niños, jóvenes y adultos, alumnos, docentes y todos a los que inspiramos a diario, para acercarse a este mundo que elegimos habitar: las palabras, los sueños, las lecturas y las bibliotecas escolares.
                                                                            Nos encontraremos, como todos los años, en los cursos de capacitación, las reuniones, las asistencias técnicas y las redes sociales: Facebook, Twitter, Pinterest. Y por supuesto, éste, nuestro blog regional.
                                                                           ¡Abrazos!

                                                              Gastón M. Bellafanti Zaghet
                                                         Bibliotecario Capacitador Regional
                                                                            CENDIE
                                               Dirección Provincial de Planeamiento Educativo


POEMA DE LOS DONES



Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden las albas a su afán.
En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
 De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.

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